Telegram se ha convertido en el escenario de una preocupante ola de ciberacoso en Corea del Sur, donde hombres están exponiendo información privada de mujeres.
El escándalo del deepfake ha sacudido los cimientos de la sociedad surcoreana, revelando la vulnerabilidad de las mujeres ante la creciente amenaza de la violencia digital. La rápida reacción de los medios de comunicación y de los líderes políticos ha sido fundamental para visibilizar este problema y exigir medidas urgentes.
Sin embargo, este incidente también ha puesto de manifiesto la necesidad de una legislación más estricta. La solidaridad internacional ha sido un factor clave para dar a conocer esta problemática, pero el verdadero desafío consiste en prevenir que hechos similares no se repitan en el futuro
Corea del Sur es sacudida por un nuevo escándalo de acoso
De acuerdo a múltiples declaraciones en la red social X, la vida de miles de estudiantes surcoreanas se ha visto afectada por una práctica perversa y degradante: la creación de deepfakes. En más del 70% de los centros educativos del país, se han detectado grupos de Telegram donde los varones compartían imágenes manipuladas de sus compañeras el incluso sus profesoras.
Ante esta situación, las propias víctimas han tenido que tomar cartas en el asunto, creando una lista para identificar los casos y exigir justicia.
Al mismo tiempo, los acosadores llevaron a cabo una clasificación de las mujeres en función de las diferentes regiones en las que residían. Ellos accedían a esos espacios, enviando un total de diez fotografías y elaborando videos engañosos basados en estas imágenes.
Los crímenes de deepfake aumentan en el país
El número de delitos vinculados a deepfakes que han cometido adolescentes han estado en aumentado. En 2022, se registraron 156 casos de delitos de deepfake, y el 61 por ciento de las condenas correspondieron a jóvenes.
Los adolescentes están difundiendo delitos digitales de manera alarmante, considerándolos una simple diversión sin comprender las graves consecuencias que tienen para quienes los sufren. Como resultado, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, solicitó una investigación exhaustiva sobre los delitos sexuales digitales, informó la NBC.
Las autoridades surcoreanas han reportado un incremento alarmante en la incidencia de delitos sexuales cibernéticos durante los primeros siete meses del año en curso. Con un total de 297 denuncias, las cifras superan significativamente las 180 registradas en el mismo período del año anterior y casi duplican las de 2021, año en el que se iniciaron los registros oficiales.
Pero esto no es nuevo en la sociedad Sur Coreana, Telegram es una plataforma con un pasado oscuro en el país, debido a la revelación de que una red de extorsión sexual en línea funcionaba en esta mensajería instantánea durante 2020. Condenando a su líder de haber chantajeado al menos a 74 mujeres, entre las cuales se encontraban 16 adolescentes, para que compartieran imágenes sexuales cada vez más humillantes y, en ocasiones, violentas.
Corea del Sur, pionera en innovación tecnológica y desarrollo económico, se encuentra ante un desafío que pone a prueba su progreso: la creciente ola de delitos cibernéticos, especialmente aquellos de índole sexual y acoso.
Si bien es cierto que la tecnología ha transformado nuestras vidas y conectado al mundo como nunca antes, también ha abierto puertas a nuevos tipos de criminalidad que atentan contra la integridad y la dignidad de las personas.
